también de buena compañía, e incluso ñoña; útil como en baño o necesaria como en empeño; para nada desdeñable y siempre entrañable. Corazón partío de señoritas y señores; juego de niños agradable a los ojos y sus niñas; tierra añorada por sueños extraños.
Puede ser la caña o ceñida en su sentido; única para gañanes devoradores de patrañas disfrazadas de armiño; necesaria para escribir el mañana; año tras año, más grande que pequeña, cazada con saña por paletos de la peor calaña; leña empañada cubierta por un paño.
Y todo ¡coño, España!
Camino esperamos que dilatado y longevo, tanto como quieran los lectores, a quienes lanzamos el guante.