¿Citius altius fortius o Panem et circus? Arte, Deporte y Política

Se acerca inexorable la fecha de inicio de las Olimpiadas Beijín 2008 (o Pekín 2008, si nos atenemos a la ortografía tradicional). Son las olimpiadas ese tipo de eventos de los que se sirve el estamento político de turno para «lucirse» ante el mundo,  de modo que no se para en gastos en lograr el más rápido, el más alto y el más fuerte de los diseños que logren epatar al resto del mundo.

Así los maravillosos pabellones de Herzog&Meuron, PTW&Arup y demás (merece la pena echarles un vistazo) se transforman en las vendas con las que las autoridades pretenden cegar la conciencia internacional. No pretendemos ser un blog político, quien esté interesado al respecto dispone de otros foros (http://www.amnesty.org/es/library/asset/ASA17/044/2004/es/dom-ASA170442004es.html ), se  trata de señalar un factor inequívoco: la prestación del arte a su uso político de forma voluntaria.

Esto no es nuevo, la historia del olimpismo moderno está cuajado de ejemplos en los que se mira para otro lado con tal de que alguien financie los fastos correspondientes (en la imagen el maravilloso estadio olímpico de Werner March en Berlín) y ya desde mucho antes lo entendieron los romanos con su Anfiteatro Flavio…  ¿citius altius fortius  o Panem et circus?

      

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