Pues aunque mucha gente no lo sepa, un Colegio Oficial como pueda ser el de Arquitectos de Madrid puede servir para mucho o para poco. Y ambas cosas son verdad a la vez. Me intentaré explicar:
Para algo debe servir cuando todos los grupos políticos del espectro parlamentario tienen sus intereses más o menos representados o pugnan por estar representados.
No es ningún secreto que a la actual Decana, la Sra. Paloma Sobrini, se la asocia con el PP, mientras que el anterior Decano, el afamado Sr. Aroca representaba a la Izquierda. Del este modo, en las anteriores elecciones a la Junta de Gobierno, había tres candidaturas que se emparejaban con PP, PSOE, e IU respectivamente. ¿No es algo extraño que un Colegio Profesional que en teoría debe velar por el interés de la profesión se politice tanto?
Desde luego, un organismo como el COAM es una herramienta fabulosa de difusión y, por qué no aceptarlo, de poder… y eso es algo que a mucha gente le apasiona. Curiosamente el anterior Decano Aroca, pese a ser manifiesta su ideología más que de izquierdas, no dejaba de estar a partir un piñón con el actual Alcalde de derechas el Sr. Ruiz Gallardón ¿Por qué? Porque a ambos les encanta el poder.
Y lo que sirve para partidos políticos vale también para grandes estudios que tienen intereses muy ligados a administraciones públicas…
El problema radica en que si todo el poder de difusión, económico y profesional se orienta a apuntalar personalidades o se supedita a intereses generales de otros partidos o grandes estudios, ¿qué queda para y por el Arquitecto que sólo aspira a ganarse la vida dando un servicio adecuado a sus clientes? Pues muy poco.
Así nos va, no todos los Arquitectos están igual de representados por su Colegio.
¿Qué pasaría si no existiese el visado obligatorio?
Es una pregunta que si somos sinceros al responderla nos daremos cuenta de que el COAM nos sirve de muy poco. ¿Quién pagaría las cuotas por los servicios que presta? ¿Cómo se sufragarían toda la maquinaria burocrática que mueve?
Esta situación debería ser reversible. El problema es que hace unos años, con la bonanza, nadie se preocupó de ello y ahora debemos actuar en un entorno de crisis.
Sería necesario, por tanto, que todos los colegiados nos concienciemos de la necesidad de actuar ya y en conjunto, no pensando en qué podemos aprovecharnos del COAM sino cómo podemos convertir al COAM en el referente social de lo que significa calidad: calidad en la construcción, calidad en el diseño, calidad en las relaciones laborales y en la administración de los estudios.